Como sabrás, la creatinina corresponde a uno de los indicadores más comunes que podemos observar en un análisis de sangre, cuya evaluación nos permite conocer el buen o mal funcionamiento de nuestros riñones. Así, para garantizar la salud de nuestros órganos depurativos por excelencia, es importante que los niveles de creatinina se mantengan entre 0,75 y 1,3 mg/dl en el caso de los hombres, y entre 0,6 y 1,1 mg/dl en el caso de las mujeres.
Ahora bien, aunque es cierto que gran parte de las personas acuden al médico por presentar valores muy elevados, también existe la posibilidad de desarrollar una creatinina baja, lo cual se asocia generalmente con la disminución de la masa muscular y puede reflejar la existencia de enfermedades como la distenia muscular, la miastenia gravis, entre otras.
Para ayudarte a estar mejor informado, hemos decidido contarte un poco acerca de las consecuencias a las que se está expuesto al presentar creatinina baja, y cuáles son los síntomas que nos ayudan a detectar la disminución de sus valores.
Consecuencias de la creatinina baja
Tener la creatinina baja no representa riesgos mayores para nuestra salud, pero no por ello debemos restarle importancia, ya que puede suponer una pérdida de masa muscular como consecuencia de alguna enfermedad (galactosemia, adenoma pancreático, enfermedad de Addison, insulinoma, etc.) de un déficit alimenticio o incluso del envejecimiento.
Síntomas de la creatinina baja
Ya que la producción de creatinina depende directamente de la cantidad de masa muscular, los principales síntomas relacionados con un nivel demasiado bajo suelen ser la debilidad muscular y la pérdida de tejido.
Sin embargo, la sintomatología puede variar dependiendo de si existe o no alguna condición subyacente, por lo que es importante practicarse un chequeo cada cierto tiempo y, en caso de tener creatinina baja, acudir al médico para conocer las causas y recibir el tratamiento adecuado.